La competición y los retos

Competir es probablemente algo intrínseco al ser humano, y quizás por ello uno de los motores que nos han permitido evolucionar y mejorar. Tomar como referencia una marca y prepararte para superarla es una forma de avanzar. Es por ello que no trato de criticarla en su esencia, sino en su variante más comercial que es la que hoy en día nos rodea, conviertiendo al deporte en un gran negocio. He competido mucho, en Judo, Futbol, Esquí de montaña, Ciclismo, Maratones y demás carreras  con lo que creo tener una opinión formada a cerca de lo que la competición supone, y sobre todo en como ha evolucionado estos últimos años al popularizarse determinadas actividades y pasar a ser un negocio muy lucrativo.
Pruebas como la mítica Quebrantahuesos permiten el robo de pagar por apuntarse sin opción a participar solo por la enorme demanda con la que cuentan.
Cierto es que la mejor competición es la que se hace con uno mismo tratando de mejorar y superarnos, aunque la compañía y lo que aporta como referente es siempre un apoyo.
Actualmente el número de pruebas en los deportes de moda se múltiplican cada temporada y se dan casos en los que los participantes tienen agendas saturadísimas cual profesionales del deporte.Poner uno o dos objetivos competitivos son más que suficientes para un deportista amateur, en la que la esencia del deporte se apoya en la salud.
A favor de las pruebas diré que es cierto que cuando un número considerable de personas (cada una con sus ideologías, valores y creencias), se juntan para hacer una prueba deportiva común que depende de cada uno, se genera una energía colectiva que podemos sentir y nos hace entender nuestra parte más social.
No sé si será mi individualismo o el carácter soñador, pero siempre me han atraído los retos personales como modelo ideal de competición, en la que eres tu mismo el que conociendo tus aptitudes y debilidades te planteas un proyecto que supone superarte y tener que organizar y planificar tu entrenamiento para conseguirlo.
El montañismo se mueve esencialmente por eso, y el reto de una nueva montaña está siempre motivando en algún lugar a una persona que quiere alcanzarla. Así surgieron las primeras rutas, los tresmiles, los Alpes.. y con el mismo "leitmotiv" vinieron los viajes en bici, hasta el día que me fuí de mi casa a Budapest cruzando Europa.
Los retos mueven el mundo allí por donde vayamos, y lo mejor es que los podemos adaptar a nuestra vida y al momento en que nos encontramos.
Mi último reto es este...#LarutadeMara

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